Juan 11:1-12:50
111Un hombre llamado Lázaro estaba enfermo. Vivía en Betania con sus hermanas María y Marta. 2María era la misma mujer que tiempo después derramó el perfume costoso sobre los pies del Señor y los secó con su cabello.* Su hermano, Lázaro, estaba enfermo. 3Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía:
4Cuando Jesús oyó la noticia, dijo:
5Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, 6se quedó donde estaba dos días más. 7Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos:
8Pero sus discípulos se opusieron diciendo:
9Jesús contestó:
11Después agregó:
dijeron los discípulos,
13Ellos pensaron que Jesús había querido decir que Lázaro solo estaba dormido, pero Jesús se refería a que Lázaro había muerto.
14Por eso les dijo claramente:
16Tomás, al que apodaban el Gemelo,* les dijo a los otros discípulos:
17Cuando Jesús llegó a Betania, le dijeron que Lázaro ya llevaba cuatro días en la tumba. 18Betania quedaba solo a unos pocos kilómetros* de Jerusalén, 19y mucha gente* se había acercado para consolar a Marta y a María por la pérdida de su hermano. 20Cuando Marta se enteró de que Jesús estaba por llegar, salió a su encuentro, pero María se quedó en la casa. 21Marta le dijo a Jesús:
23Jesús le dijo:
respondió Marta,
25Jesús le dijo:
le dijo ella.
28Luego Marta regresó adonde estaba María y los que se lamentaban. La llamó aparte y le dijo:
29Entonces María salió enseguida a su encuentro.
30Jesús todavía estaba fuera de la aldea, en el lugar donde se había encontrado con Marta. 31Cuando la gente* que estaba en la casa consolando a María la vio salir con tanta prisa, creyeron que iba a la tumba de Lázaro a llorar. Así que la siguieron. 32Cuando María llegó y vio a Jesús, cayó a sus pies y dijo:
33Cuando Jesús la vio llorando y vio a la gente lamentándose con ella, se enojó en su interior* y se conmovió profundamente.
les preguntó.
Ellos le dijeron:
35Entonces Jesús lloró. 36La gente que estaba cerca dijo:
37Pero otros decían:
38Jesús todavía estaba enojado cuando llegó a la tumba, una cueva con una piedra que tapaba la entrada.
les dijo Jesús.
Entonces Marta, la hermana del muerto, protestó:
40Jesús respondió:
41Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo:
43Entonces Jesús gritó:
44Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo:
45Al ver lo que sucedió, muchos de entre la gente que estaba con María creyeron en Jesús; 46pero otros fueron a ver a los fariseos para contarles lo que Jesús había hecho. 47Entonces, los principales sacerdotes y los fariseos convocaron al Concilio Supremo.*
se preguntaron unos a otros.
49Caifás, quien era el sumo sacerdote en aquel tiempo,* dijo:
51No dijo eso por su propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que Jesús moriría por toda la nación. 52Y no solo por esa nación, sino que también moriría para congregar y unir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.
53Así que, a partir de ese momento, los líderes judíos comenzaron a conspirar para matar a Jesús. 54Como resultado, Jesús detuvo su ministerio público entre la gente y salió de Jerusalén. Fue a un lugar cercano al desierto, a la aldea de Efraín, y se quedó allí con sus discípulos.
55Ya faltaba poco para la celebración de la Pascua judía, y mucha gente de todo el país llegó a Jerusalén varios días antes para participar en la ceremonia de purificación previa al comienzo de la Pascua. 56Seguían buscando a Jesús, pero mientras estaban en el templo, se decían unos a otros:
57Mientras tanto, los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes públicamente de que cualquiera que viera a Jesús avisara enseguida, para que ellos pudieran arrestarlo.
121Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. 2Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían* con él. 3Entonces María tomó un frasco con casi medio litro* de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.
4Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo:
6No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él.
7Jesús respondió:
9Cuando toda la gente* se enteró de que Jesús había llegado, corrieron en masa para verlo a él y también a Lázaro, el hombre al que Jesús había resucitado de los muertos. 10Entonces los principales sacerdotes decidieron matar a Lázaro también, 11ya que a causa de él mucha gente* los había abandonado a ellos* y ahora creían en Jesús.
12Al día siguiente, la noticia de que Jesús iba camino a Jerusalén corrió por toda la ciudad. Una gran multitud de visitantes que habían venido para la Pascua 13tomaron ramas de palmera y salieron al camino para recibirlo. Gritaban:
14Jesús encontró un burrito y se montó en él; así se cumplió la profecía que dice:
15«No temas, pueblo de Jerusalén.*
Mira, tu Rey ya viene
montado en la cría de una burra»*.
16Sus discípulos no entendieron en ese momento que se trataba del cumplimiento de la profecía. Solo después de que Jesús entró en su gloria, se acordaron de lo sucedido y se dieron cuenta de que esas cosas se habían escrito acerca de él.
17Muchos de la multitud habían estado presentes cuando Jesús llamó a Lázaro de la tumba y lo resucitó de los muertos, y se lo habían contado a otros.* 18Por eso tantos salieron a recibir a Jesús, porque habían oído de esa señal milagrosa. 19Entonces los fariseos se dijeron unos a otros:
20Algunos griegos que habían ido a Jerusalén para celebrar la Pascua 21le hicieron una visita a Felipe, que era de Betsaida de Galilea. Le dijeron:
22Felipe se lo comentó a Andrés, y juntos fueron a preguntarle a Jesús.
23Jesús respondió:
Entonces habló una voz del cielo:
29Al oír la voz, algunos de la multitud pensaron que era un trueno, mientras que otros decían que un ángel le había hablado.
30Entonces Jesús les dijo:
33Con eso quería dar a entender de qué forma iba a morir.
34La multitud respondió:
35Jesús contestó:
Después de decir esas cosas, Jesús salió y desapareció de la vista de ellos.
37A pesar de todas las señales milagrosas que Jesús había hecho, la mayoría de la gente aún no creía en él. 38Eso era precisamente lo que el profeta Isaías había predicho:
«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?
¿A quién ha revelado el Señor su brazo poderoso?»*.
39Pero la gente no podía creer, porque como también dijo Isaías:
40«El Señor les ha cegado los ojos
y les ha endurecido el corazón,
para que sus ojos no puedan ver
y su corazón no pueda entender
y ellos no puedan volver a mí
para que yo los sane»*.
41Isaías se refería a Jesús cuando dijo esas palabras, porque vio el futuro y habló de la gloria del Mesías. 42Sin embargo, hubo muchos que sí creyeron en él —entre ellos algunos líderes judíos—, pero no lo admitían por temor a que los fariseos los expulsaran de la sinagoga, 43porque amaban más la aprobación humana que la aprobación de Dios.
44Jesús le gritó a la multitud:
APRENDIENDO DEL PASADO