Mateo 26:1-27:26
261Cuando Jesús terminó de hablar todas esas cosas, dijo a sus discípulos:
3En ese mismo momento, los principales sacerdotes y los ancianos estaban reunidos en la residencia de Caifás, el sumo sacerdote, 4tramando cómo capturar a Jesús en secreto y matarlo.
acordaron,
6Mientras tanto, Jesús se encontraba en Betania, en la casa de Simón, un hombre que había tenido lepra. 7Mientras comía,* entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús.
8Los discípulos se indignaron al ver esto.
dijeron.
10Jesús, consciente de esto, les respondió:
14Entonces Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los principales sacerdotes 15y preguntó:
Y ellos le dieron treinta piezas de plata. 16A partir de ese momento, Judas comenzó a buscar una oportunidad para traicionar a Jesús.
17El primer día del Festival de los Panes sin Levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
les dijo,
19Entonces los discípulos hicieron como Jesús les dijo y prepararon la cena de Pascua allí.
20Al anochecer, Jesús se sentó a la mesa* con los Doce. 21Mientras comían, les dijo:
22Ellos, muy afligidos, le preguntaron uno por uno:
23Jesús contestó:
25Judas, el que lo iba a traicionar, también preguntó:
Y Jesús le dijo:
26Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo:
27Y tomó en sus manos una copa de vino y dio gracias a Dios por ella. Se la dio a ellos y dijo:
30Luego cantaron un himno y salieron al monte de los Olivos.
31En el camino, Jesús les dijo:
33Pedro declaró:
34Jesús respondió:
insistió Pedro.
Y los demás discípulos juraron lo mismo.
36Entonces Jesús fue con ellos al huerto de olivos llamado Getsemaní y dijo:
37Se llevó a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y comenzó a afligirse y angustiarse. 38Les dijo:
39Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba:
40Luego volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro:
42Entonces Jesús los dejó por segunda vez y oró:
43Cuando regresó de nuevo adonde estaban ellos, los encontró dormidos porque no podían mantener los ojos abiertos.
44Así que se fue a orar por tercera vez y repitió lo mismo. 45Luego se acercó a sus discípulos y les dijo:
47Mientras Jesús hablaba, llegó Judas, uno de los doce discípulos, junto con una multitud de hombres armados con espadas y palos. Los habían enviado los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48El traidor, Judas, había acordado con ellos una señal:
49Entonces Judas fue directamente a Jesús.
exclamó y le dio el beso.
50Jesús dijo:
Entonces los otros agarraron a Jesús y lo arrestaron; 51pero uno de los hombres que estaban con Jesús sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote cortándole una oreja.
le dijo Jesús.
55Luego Jesús le dijo a la multitud:
En ese momento, todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
57Luego la gente que había arrestado a Jesús lo llevó a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los maestros de la ley religiosa y los ancianos. 58Mientras tanto, Pedro lo siguió de lejos y llegó al patio del sumo sacerdote. Entró, se sentó con los guardias y esperó para ver cómo acabaría todo.
59Adentro, los principales sacerdotes y todo el Concilio Supremo* intentaban encontrar testigos que mintieran acerca de Jesús para poder ejecutarlo. 60Sin embargo, aunque encontraron a muchos que accedieron a dar un falso testimonio, no pudieron usar el testimonio de ninguno. Finalmente, se presentaron dos hombres 61y declararon:
62Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le dijo a Jesús:
63Pero Jesús guardó silencio. Entonces el sumo sacerdote le dijo:
64Jesús respondió:
65Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de horror y dijo:
gritaron.
67Entonces comenzaron a escupirle en la cara a Jesús y a darle puñetazos. Algunos le daban bofetadas 68y se burlaban:
69Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera en el patio. Una sirvienta se acercó y le dijo:
70Pero Pedro lo negó frente a todos.
le dijo.
71Más tarde, cerca de la puerta, lo vio otra sirvienta, quien les dijo a los que estaban por ahí:
72Nuevamente, Pedro lo negó, esta vez con un juramento.
dijo.
73Un poco más tarde, algunos de los otros que estaban allí se acercaron a Pedro y dijeron:
74Pedro juró:
Inmediatamente, el gallo cantó.
75De repente, las palabras de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Y Pedro salió llorando amargamente.
271Muy temprano por la mañana, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se juntaron nuevamente para tramar de qué manera ejecutar a Jesús. 2Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.
3Cuando Judas, quien lo había traicionado, se dio cuenta de que habían condenado a muerte a Jesús, se llenó de remordimiento. Así que devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos.
declaró,
contestaron.
5Entonces Judas tiró las monedas de plata en el templo, salió y se ahorcó.
6Los principales sacerdotes recogieron las monedas.
dijeron,
7Luego de discutir unos instantes, finalmente decidieron comprar el campo del alfarero y convertirlo en un cementerio para extranjeros. 8Por eso todavía se llama el Campo de Sangre. 9Así se cumplió la profecía de Jeremías que dice:
«Tomaron las treinta piezas de plata
—el precio que el pueblo de Israel le puso a él—
10y compraron* el campo del alfarero,
como indicó el Señor*».
11Jesús se encontraba frente a Pilato, el gobernador romano.
le preguntó el gobernador.
contestó Jesús.
12Entonces, cuando los principales sacerdotes y los ancianos presentaron sus acusaciones contra él, Jesús guardó silencio.
le preguntó Pilato.
14Para sorpresa del gobernador, Jesús no respondió a ninguno de esos cargos.
15Ahora bien, era costumbre del gobernador cada año, durante la celebración de la Pascua, poner en libertad a un preso —el que la gente quisiera— y entregarlo a la multitud. 16Ese año, había un preso de mala fama, un hombre llamado Barrabás.* 17Al reunirse la multitud frente a la casa de Pilato aquella mañana, él les preguntó:
18(Él sabía muy bien que los líderes religiosos judíos habían arrestado a Jesús por envidia).
19Justo en ese momento, cuando Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente mensaje:
20Mientras tanto, los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud para que pidiera la libertad de Barrabás y que se ejecutara a Jesús. 21Así que el gobernador volvió a preguntar:
contestó la multitud a gritos.
preguntó Pilato.
le contestaron a gritos.
insistió Pilato.
Pero la turba rugió aún más fuerte:
24Pilato vio que no lograba nada y que se armaba un disturbio. Así que mandó a buscar un recipiente con agua y se lavó las manos delante de la multitud a la vez que decía:
25Y la gente respondió a gritos:
26Así fue que Pilato dejó a Barrabás en libertad. Mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran.
SIGUIENDO EJEMPLOS PIADOSOS