Mateo 27:27-28:20
27 27Algunos de los soldados del gobernador llevaron a Jesús al cuartel* y llamaron a todo el regimiento. 28Le quitaron la ropa y le pusieron un manto escarlata. 29Armaron una corona con ramas de espinos y se la pusieron en la cabeza y le colocaron una caña de junco en la mano derecha como si fuera un cetro. Luego se arrodillaron burlonamente delante de él mientras se mofaban:
30Lo escupieron, le quitaron la caña de junco y lo golpearon en la cabeza con ella. 31Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.
32En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón, quien era de Cirene,* y los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. 33Salieron a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»). 34Los soldados le dieron a Jesús vino mezclado con hiel amarga, pero cuando la probó, se negó a beberla.
35Después de clavarlo en la cruz, los soldados sortearon su ropa tirando los dados.*36Luego se sentaron alrededor e hicieron guardia mientras él estaba colgado allí. 37Encima de la cabeza de Jesús, colocaron un letrero, que anunciaba el cargo en su contra. Decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos». 38Con él crucificaron a dos revolucionarios,* uno a su derecha y otro a su izquierda.
39La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la cabeza en forma burlona.
le gritaban.
41Los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos también se burlaban de Jesús.
se mofaban,
44Hasta los revolucionarios que estaban crucificados con Jesús se burlaban de él de la misma manera.
45Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde. 46A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte:
que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»*.
47Algunos que pasaban por allí entendieron mal y pensaron que estaba llamando al profeta Elías. 48Uno de ellos corrió y empapó una esponja en vino agrio, la puso sobre una caña de junco y la levantó para que pudiera beber. 49Pero los demás dijeron:
50Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. 51En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos, 52y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron. 53Salieron del cementerio luego de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad de Jerusalén y se aparecieron a mucha gente.
54El oficial romano* y los otros soldados que estaban en la crucifixión quedaron aterrorizados por el terremoto y por todo lo que había sucedido. Dijeron:
55Muchas mujeres que habían llegado desde Galilea con Jesús para cuidar de él, miraban de lejos. 56Entre ellas estaban María Magdalena, María (la madre de Santiago y José), y la madre de Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo.
57Al acercarse la noche, José, un hombre rico de Arimatea que se había convertido en seguidor de Jesús, 58fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato emitió una orden para que se lo entregaran. 59José tomó el cuerpo y lo envolvió en un largo lienzo de lino limpio. 60Lo colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se fue. 61Tanto María Magdalena como la otra María estaban sentadas frente a la tumba y observaban.
62Al día siguiente, que era el día de descanso,* los principales sacerdotes y los fariseos fueron a ver a Pilato. 63Le dijeron:
65Pilato les respondió:
66Entonces ellos sellaron la tumba y pusieron guardias para que la protegieran.
281El domingo por la mañana temprano,* cuando amanecía el nuevo día, María Magdalena y la otra María fueron a visitar la tumba.
2¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. 3Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. 4Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.
5Entonces, el ángel les habló a las mujeres:
dijo.
8Las mujeres se fueron a toda prisa. Estaban asustadas pero a la vez llenas de gran alegría, y se apresuraron para dar el mensaje del ángel a los discípulos. 9Mientras iban, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas corrieron hasta él, abrazaron sus pies y lo adoraron. 10Entonces Jesús les dijo:
11Mientras las mujeres estaban en camino, algunos de los guardias entraron en la ciudad y les contaron a los principales sacerdotes lo que había sucedido. 12Se convocó a una reunión con los ancianos, y decidieron dar a los soldados un gran soborno. 13Les dijeron:
15Entonces los guardias aceptaron el soborno y dijeron lo que les habían ordenado. Su historia corrió por todas partes entre los judíos y la siguen contando hasta el día de hoy.
16Entonces los once discípulos salieron hacia Galilea y se dirigieron al monte que Jesús les había indicado. 17Cuando vieron a Jesús, lo adoraron, ¡pero algunos de ellos dudaban!
18Jesús se acercó y dijo a sus discípulos:
HAMBRE POR CONOCER MÁS A DIOS