Introducción a Marcos

Buenas nuevas para personas en crisis

La humildad y el poder de Jesús inspiran fe y perseverancia

Cómo leer Marcos

Todas las emisoras de radio y televisión transmiten las principales noticias del mundo en treinta minutos. El Evangelio de Marcos ofrece una aproximación igualmente ágil al narrar la historia de Jesucristo, el Hijo de Dios. Saliendo del anonimato, este singular Dios hombre apareció en los titulares a medida que predicaba y hacía milagros, logrando gran popularidad, así como una oposición mortal. Esta es la noticia más grande de todos los tiempos.
Escrito por un joven que trabajó al lado del pescador que vivió la historia, este recuento enfatiza las acciones y no pierde el tiempo en palabras de más, dándonos un retrato de Jesús vívido y de primera mano. Las acciones de Jesús son el centro de la escena, dado que «ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos» (Mar 10:45). Lo vemos trabajando arduamente, ayudando a las personas en necesidad, sanando a los que estaban enfermos, animando a los que no tenían esperanza, liberando a los que estaban en esclavitud, y dando luz a los que estaban en tinieblas.
Marcos provee un recuento de la vida de Jesús lleno de acción, que culmina cuando nos sumerge en los detalles del sufrimiento y sacrificio de Jesús en su última semana en la tierra. Estas poderosas historias fueron escritas para fortalecer a los creyentes romanos que sufrían persecución, tanto para vivir como para morir sin temor alguno. Considera las implicaciones de seguir el ejemplo del Siervo supremo que te llama a un ministerio de servicio.

¿Quién escribió este libro?

Juan Marcos, el hijo de una viuda de Jerusalén cuyo hogar fue un lugar de reunión para los primeros cristianos (Hch 12:12). Marcos sirvió a Pedro como traductor, y seguramente registró los sucesos tal y como los escuchó de primera fuente. Por lo tanto, aunque Marcos lo escribió, se puede decir que este libro es el Evangelio según Pedro.

¿Cuándo se escribió?

Este relato fue probablemente escrito durante la terrible persecución liderada por el emperador Nerón, cercana al tiempo de la ejecución de Pedro. Esto sería después del incendio de Roma en julio del año 64 d. C., pero antes de la caída de Jerusalén en manos del ejército romano en el año 70 d. C.

¿Para quién se escribió y por qué?

El característico tono no judío de este libro y las notables alusiones a las costumbres romanas, muestra de manera clara que se escribió para los creyentes en Roma. El imperio romano, poder que en ese entonces dominaba el mundo, había comenzado a perseguir a los cristianos. Marcos quería animar a los cristianos que sufrían.

Perspectiva de SourceView

El desglose general de este libro nos muestra que cerca del 53% de Marcos son palabras de El Narrador — en negro—; 35% de Jesús —en rojo—; 3% de Los Discípulos —en verde— y 9% de otros —en azul—. Resulta evidente que Jesús es el personaje central en este libro, interviniendo aproximadamente 156 veces en comparación con casi 40 variadas intervenciones en verde y más de 100 distintos pasajes en azul. Sin embargo, este libro que transmite el testimonio de Pedro sobre la vida y ministerio de Jesús, resalta las vivencias de los discípulos de una manera especial. Los discípulos intervienen cerca de diecinueve veces en grupo. Simón Pedro posee un rol más protagónico entre ellos, dado que participa diez veces. Otros discípulos que tienen parlamentos son Juan, Santiago, Andrés y Judas Iscariote.
Las palabras de Pedro se enfocan en quién es Jesús. La primera vez que habla le dice a Jesús, «Tú eres el Mesías» (8:29). Pareciera que lo entendió, pero en su discurso más extenso Pedro nos muestra que todavía no comprende el carácter único de Jesucristo. En el Monte de la Transfiguración Pedro dice «Hagamos tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías» (9:5). Después las cosas empeoran. Las últimas dos veces que habla, niega a Jesús y cualquier relación con Él (14:68; 14:71). A través de su historia Pedro se identifica a sí mismo con otros cristianos que algunas veces están seguros en su fe, otras veces están confundidos acerca de qué es lo fundamental, y en otras ocasiones tienen miedo de identificarse con Jesús. Esto debió haber servido como consuelo pastoral para los oyentes originales que sufrían en la gran persecución de Nerón.
¿Quién es Jesús? Asombrados por el despliegue de su poder los discípulos de Jesús se preguntaron, «¿Quién es este hombre? ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!» (4:41). Pero no solo los seguidores de Jesús se hacían esta pregunta. También los líderes religiosos (14:61) y las autoridades políticas en Jerusalén (15:2) se planteaban esta interrogante. Sin embargo, el Evangelio de Marcos no deja dudas al lector acerca de quién es realmente Jesús. Dios solo habla dos veces y en ambas ocasiones afirma que Jesús es su «Hijo muy amado». Tampoco hay ninguna duda cuando los demonios se pronuncian. En cada ocasión en la que hablan ellos afirman la divinidad de Jesús (1:2; 3:11; 5:7).
Todo esto dentro del marco fijado entre la primera y la última sección de color azul en el libro de Marcos, parlamentos pronunciados por personas de carne y hueso. El libro comienza con la afirmación que Jesús es «tan superior» al más devoto de los líderes religiosos (1:7), y culmina con una maravillosa confesión de una fuente inesperada: «¡Este hombre era verdaderamente el Hijo de Dios!» (15:39).
Confrontados con quién es Jesús, el Evangelio de Marcos llama a sus oyentes a tener fe. El formato de SourceView nos permite descubrir que el individuo con más diálogo después de los discípulos es el padre de un niño muy enfermo cuya vida estaba en riesgo. En esta crisis de vida o muerte, el padre clama a Jesús: «¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!» (9:24). Muchos de los lectores originales de Marcos, enfrentando sus propias crisis de vida o muerte a causa de la persecución romana, pudieron haberse identificado con este padre y haber tomado el valor para hacer una oración similar. Por esta misma razón, Marcos incluye muchas enseñanzas de Jesús sobre qué significa creer y tener fe en Dios —reflexiona en 1:15; 4:13-20; 4:40; 5:34; 9:19; 9:23b; 9:39-50; 10:52; 11:22-25; 16:15-18—.

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