Hechos 9:32-12:25
932Mientras tanto, Pedro viajaba de un lugar a otro, y descendió a visitar a los creyentes de la ciudad de Lida. 33Allí conoció a un hombre llamado Eneas, quien estaba paralizado y postrado en cama hacía ocho años. 34Pedro le dijo:
Al instante, fue sanado. 35Entonces todos los habitantes de Lida y Sarón vieron a Eneas caminando, y se convirtieron al Señor.
36Había una creyente en Jope que se llamaba Tabita (que en griego es Dorcas*). Ella siempre hacía buenas acciones a los demás y ayudaba a los pobres. 37En esos días, se enfermó y murió. Lavaron el cuerpo para el entierro y lo pusieron en un cuarto de la planta alta; 38pero los creyentes habían oído que Pedro estaba cerca, en Lida, entonces mandaron a dos hombres a suplicarle:
39Así que Pedro regresó con ellos y, tan pronto como llegó, lo llevaron al cuarto de la planta alta. El cuarto estaba lleno de viudas que lloraban y le mostraban a Pedro las túnicas y demás ropa que Dorcas les había hecho. 40Pero Pedro les pidió a todos que salieran del cuarto; luego se arrodilló y oró. Volviéndose hacia el cuerpo, dijo:
¡Y ella abrió los ojos! Cuando vio a Pedro, ¡se sentó! 41Él le dio la mano y la ayudó a levantarse. Después llamó a las viudas y a todos los creyentes, y la presentó viva.
42Las noticias corrieron por toda la ciudad y muchos creyeron en el Señor; 43y Pedro se quedó mucho tiempo en Jope, viviendo con Simón, un curtidor de pieles.
101En Cesarea vivía un oficial del ejército romano* llamado Cornelio, quien era un capitán del regimiento italiano. 2Era un hombre devoto, temeroso de Dios, igual que todos los de su casa. Daba generosamente a los pobres y oraba a Dios con frecuencia. 3Una tarde, como a las tres, tuvo una visión en la cual vio que un ángel de Dios se le acercaba.
dijo el ángel.
4Cornelio lo miró fijamente, aterrorizado.
le preguntó al ángel.
Y el ángel contestó:
7En cuanto el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de los sirvientes de su casa y a un soldado devoto, que era uno de sus asistentes personales. 8Les contó lo que había ocurrido y los envió a Jope.
9Al día siguiente, mientras los mensajeros de Cornelio se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era alrededor del mediodía, 10y tuvo hambre; pero mientras preparaban la comida, cayó en un estado de éxtasis. 11Vio los cielos abiertos y algo parecido a una sábana grande que bajaba por sus cuatro puntas. 12En la sábana había toda clase de animales, reptiles y aves. 13Luego una voz le dijo:
dijo Pedro.
15Pero la voz habló de nuevo:
16La misma visión se repitió tres veces, y repentinamente la sábana fue subida al cielo.
17Pedro quedó muy desconcertado. ¿Qué podría significar la visión? Justo en ese momento, los hombres enviados por Cornelio encontraron la casa de Simón. De pie, frente a la puerta, 18preguntaron si se hospedaba allí un hombre llamado Simón Pedro.
19Entre tanto, mientras Pedro trataba de descifrar la visión, el Espíritu Santo le dijo:
21Entonces Pedro bajó y dijo:
22Ellos dijeron:
23Entonces Pedro invitó a los hombres a quedarse para pasar la noche. Al siguiente día, fue con ellos, acompañado por algunos hermanos de Jope.
24Llegaron a Cesarea al día siguiente. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos cercanos. 25Cuando Pedro entró en la casa, Cornelio cayó a sus pies y lo adoró; 26pero Pedro lo levantó y le dijo:
27Entonces conversaron y entraron en donde muchos otros estaban reunidos.
28Pedro les dijo:
30Cornelio contestó:
34Entonces Pedro respondió:
44Mientras Pedro aún estaba diciendo estas cosas, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. 45Los creyentes judíos* que habían llegado con Pedro quedaron asombrados al ver que el don del Espíritu Santo también era derramado sobre los gentiles. 46Pues los oyeron hablar en otras lenguas* y alabar a Dios.
Entonces Pedro preguntó:
48Por lo tanto, dio órdenes de que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Después Cornelio le pidió que se quedara varios días con ellos.
111La noticia de que los gentiles* habían recibido la palabra de Dios pronto llegó a los apóstoles y a los demás creyentes* de Judea. 2Así que cuando Pedro regresó a Jerusalén, los creyentes judíos* lo criticaron.
le dijeron.
4Entonces Pedro les contó todo tal como había sucedido.
les dijo,
continuó Pedro,
18Cuando los demás oyeron esto, dejaron de oponerse y comenzaron a alabar a Dios. Dijeron:
19Mientras tanto, los creyentes que fueron dispersados durante la persecución que hubo después de la muerte de Esteban, viajaron tan lejos como Fenicia, Chipre y Antioquía de Siria. Predicaban la palabra de Dios, pero solo a judíos. 20Sin embargo, algunos de los creyentes que fueron a Antioquía desde Chipre y Cirene les comenzaron a predicar a los gentiles* acerca del Señor Jesús. 21El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número de estos gentiles creyó y se convirtió al Señor.
22Cuando la iglesia de Jerusalén se enteró de lo que había pasado, enviaron a Bernabé a Antioquía. 23Cuando él llegó y vio las pruebas de la bendición de Dios, se llenó de alegría y alentó a los creyentes a que permanecieran fieles al Señor. 24Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y firme en la fe. Y mucha gente llegó al Señor.
25Después Bernabé siguió hasta Tarso para buscar a Saulo. 26Cuando lo encontró, lo llevó de regreso a Antioquía. Los dos se quedaron allí con la iglesia durante todo un año, enseñando a grandes multitudes. (Fue en Antioquía donde, por primera vez, a los creyentes* los llamaron «cristianos»).
27Durante aquellos días, unos profetas viajaron de Jerusalén a Antioquía. 28Uno de ellos, llamado Ágabo, se puso de pie en una de las reuniones y predijo por medio del Espíritu que iba a haber una gran hambre en todo el mundo romano. (Esto se cumplió durante el reinado de Claudio). 29Así que los creyentes de Antioquía decidieron enviar una ayuda a los hermanos de Judea, y cada uno dio lo que podía. 30Así lo hicieron, y confiaron sus ofrendas a Bernabé y a Saulo para que las llevaran a los ancianos de la iglesia de Jerusalén.
121Por ese tiempo, el rey Herodes Agripa* comenzó a perseguir a algunos creyentes de la iglesia. 2Mandó matar a espada al apóstol Santiago (hermano de Juan). 3Cuando Herodes vio cuánto esto le agradó al pueblo judío, también arrestó a Pedro. (Eso sucedió durante la celebración de la Pascua*). 4Después lo metió en la cárcel y lo puso bajo la vigilancia de cuatro escuadrones de cuatro soldados cada uno. Herodes tenía pensado llevar a Pedro a juicio público después de la Pascua. 5Pero, mientras Pedro estaba en la cárcel, la iglesia oraba fervientemente por él.
6La noche antes de ser sometido a juicio, Pedro dormía sujetado con dos cadenas entre dos soldados. Otros hacían guardia junto a la puerta de la prisión. 7De repente, una luz intensa iluminó la celda y un ángel del Señor se puso frente a Pedro. El ángel lo golpeó en el costado para despertarlo y le dijo:
Y las cadenas cayeron de sus muñecas. 8Después, el ángel le dijo:
Pedro lo hizo, y el ángel le ordenó:
9Así que Pedro salió de la celda y siguió al ángel, pero todo el tiempo pensaba que era una visión; no se daba cuenta de que en verdad eso estaba sucediendo. 10Pasaron el primer puesto de guardia y luego el segundo y llegaron a la puerta de hierro que lleva a la ciudad, y esta puerta se abrió por sí sola frente a ellos. De esta manera cruzaron la puerta y empezaron a caminar por la calle, y de pronto el ángel lo dejó.
11Finalmente Pedro volvió en sí.
dijo.
12Cuando se dio cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos, donde muchos se habían reunido para orar. 13Tocó a la puerta de entrada, y una sirvienta llamada Rode fue a abrir. 14Cuando ella reconoció la voz de Pedro, se alegró tanto que, en lugar de abrir la puerta, corrió hacia adentro y les dijo a todos:
le dijeron.
Como ella insistía, llegaron a la conclusión:
16Mientras tanto, Pedro seguía tocando. Cuando por fin abrieron la puerta y lo vieron, quedaron asombrados. 17Él les hizo señas para que se callaran y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel.
dijo. Y después se fue a otro lugar.
18Al amanecer, hubo un gran alboroto entre los soldados por lo que había sucedido con Pedro. 19Herodes Agripa ordenó que se hiciera una búsqueda exhaustiva para encontrar a Pedro. Como no pudieron encontrarlo, Herodes interrogó a los guardias y luego los condenó a muerte. Después Herodes se fue de Judea para quedarse en Cesarea por un tiempo.
20Ahora bien, Herodes estaba muy enojado con los habitantes de Tiro y de Sidón. Entonces ellos enviaron una delegación para que hiciera las paces con él, porque sus ciudades dependían del país de Herodes para obtener alimento. Los delegados se ganaron el apoyo de Blasto, el asistente personal de Herodes, 21y así se les concedió una cita con Herodes. Cuando llegó el día, Herodes se puso sus vestiduras reales, se sentó en su trono y les dio un discurso. 22El pueblo le dio una gran ovación, gritando:
23Al instante, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por gusanos.
24Mientras tanto, la palabra de Dios seguía extendiéndose, y hubo muchos nuevos creyentes.
25Cuando Bernabé y Saulo terminaron su misión en Jerusalén, regresaron* llevándose con ellos a Juan Marcos.
MANDAMIENTOS & PROMESAS